El 1 de agosto ha comenzado oficialmente Basuraleza, una campaña impulsada por Viajeros Canallas —empresa referente en viajes grupales al Camino de Santiago— con un objetivo claro: limpiar más de 10.000 kg de basura y fomentar un Camino de Santiago más limpio, sostenible y consciente.

La iniciativa ha conseguido ya más de 1.000 voluntarios y está abierta a todos los peregrinos que quieran participar. Con un enfoque práctico, colaborativo y ecológico, Basuraleza convierte cada etapa del Camino en una oportunidad para cuidar el entorno natural.

¿Qué es el proyecto Basuraleza?

Basuraleza nace como una respuesta al creciente problema de los residuos abandonados en el Camino de Santiago. A pesar de que la mayoría de los más de 400.000 peregrinos anuales cuida del entorno, un pequeño porcentaje deja huella negativa.

“Es raro andar más de 20 metros sin encontrar un plástico o una lata”, afirma Alberto Lence, fundador de Viajeros Canallas.

“Tal vez solo el 5% no respeta, pero su impacto es enorme”, añade.

El lema que guía a esta campaña lo dice todo:

“Deja las cosas mejor que como las encontrasteis”.

¿Cómo funciona la campaña?

El proyecto es sencillo pero eficaz. A los participantes se les entrega un kit ecológico que incluye:

Una mochila reutilizable

Una bolsa para residuos

Un par de guantes

Un folleto explicativo

Durante el recorrido, los peregrinos recogen los residuos que encuentren. Cuando decidan parar, pueden pasar la mochila a otro caminante, creando una cadena colaborativa de limpieza.

“Queremos concienciar, no solo limpiar. Que la mochila circule y todos aporten un poco”, explica Lence.

Conciencia digital: el poder del hashtag

Las redes sociales también son parte clave de la campaña.

El hashtag #YoLoTiroAquí ya se está utilizando en Instagram por decenas de participantes, compartiendo fotos y vídeos recogiendo residuos a lo largo del Camino.

Este enfoque busca generar visibilidad, orgullo y contagio positivo, especialmente entre las nuevas generaciones.

 Más allá de una iniciativa privada

Aunque la respuesta del público ha sido positiva, Lence considera que aún falta implicación institucional.

“La Xunta o los ayuntamientos podrían poner unas pequeñas carpas. No cuesta nada y ayudaría muchísimo”, reclama.

Basuraleza también quiere abrir la conversación sobre la responsabilidad compartida entre empresas, administraciones y peregrinos para preservar este patrimonio.

Un pequeño gesto, un gran impacto

“Una vez vi a una mujer americana tirar algo, y me acerqué a preguntarle por qué lo había hecho”, cuenta Lence. “Que venga de otro país a ensuciar algo tan nuestro… eso no puede pasar”.

Para el fundador, Basuraleza es tanto una campaña ambiental como un acto cultural y moral.

Se trata de visibilizar que el respeto al Camino no solo se demuestra con fe o esfuerzo físico, sino también con acciones concretas para cuidar su entorno.

¿Cómo participar en Basuraleza?

No se necesita inscripción previa.

Puedes sumarte a lo largo del Camino si encuentras una mochila de Basuraleza.

También puedes pedirla en los grupos de Viajeros Canallas o seguir las instrucciones en redes con el hashtag #YoLoTiroAquí.